Después de 12 horas de viaje desde Quito en bus “El Panamericano” llegue a Huaquillas, es caluroso Cantón fronterizo de Ecuador, me detuve a conocer el lugar, acogedor y aunque caótico, pero muy bonito, gente amable.
Rápidamente fue al puente, pues quería comprobar como es la relación de ambos países, un ejemplo de frontero para el mundo, tanto peruanos como ecuatorianos pasaban como si se tratase de una misma ciudad, de un mismo pueblo, pues es así ambos compartimos casi una misma historia, el comercio es variado, pues es la principal actividad, me detuve a tomar un buen desayuno de a 1 dólar, mmm que rico!!
Pase a Aguas Verdes, al fin en casa, Perú como te extrañaba, movilizarme en mototaxi, no pensé extrañar eso, tome una minivan y me dirigí a Tumbes, la capital del departamento del mismo nombre, mira el paisaje pues veras como se combina poco a poco la vegetación con el desierto. En Tumbes me senté en la plaza, y comencé a observar a cada persona que pasaba, pensando en que forma de vida llevaría, Tumbes tiene muchos atractivos turísticos, como los manglares de Tumbes y la playa de Puerto Pizarro, una área protegida, entre otros, no tuve tiempo de conocer el lugar, pero les recomiendo ir y conocerlo todo.
Luego me dirigí a Mancora, una de las mejores playas del Perú, y justo llegue en una temporada buena, pues para mi suerte pude avistar ballenas, una increíble e inolvidable experiencia.
La temporada de avistamiento de ballenas en Máncora y playas cercanas comienza a mediados de julio y termina a finales de octubre. Es en este periodo que las ballenas jorobadas llegan a las costas de Perú y Ecuador desde las frías aguas de la Antártida, haciendo un largo viaje de varios miles de kilómetros, tanto para dar a luz sus crías como para reproducirse. A finales de octubre las ballenas, muchas de ellas con 2 a 3 crías, emprenden el viaje de vuelta al sur nuevamente en busca de aguas polares para su alimento.
Visiten el norte del país.
